Día Mundial del Árbol: Cuidar un árbol es cuidar la vida 

Opinión

Por: Aleida Paredes

El Día Mundial del Árbol se conmemora el 28 de junio gracias a una iniciativa del conservacionista Julius Sterling Morton, quien en 1872 promovió en Nebraska, Estados Unidos, el “Arbor Day” (Día del Árbol), un día dedicado a plantar árboles y fomentar su cuidado. Su lema era claro: “Otros días se dedican a la memoria, el Día del Árbol está dedicado al futuro.”

Hoy más que nunca, en medio de olas de calor, contaminación y urbanización acelerada, el Día Mundial del Árbol nos invita a reflexionar: ¿qué papel juegan los árboles en nuestras ciudades y en nuestras vidas?

Los árboles no solo dan sombra. Reducen la temperatura ambiental hasta 5°C, purifican el aire, captan dióxido de carbono, generan oxígeno y ayudan a regular el ciclo del agua. Tener un árbol cerca de casa no solo embellece el entorno, también mejora nuestra salud física y emocional. Abrazar un árbol, literalmente, reduce el estrés y mejora el ánimo, gracias a la energía vital que emana de la naturaleza.

Pero no todos los árboles urbanos son ideales. Algunos, como el ficus benjamina, la jacaranda o el eucalipto, tienen raíces agresivas que levantan banquetas y dañan tuberías. Por eso, es fundamental plantar especies nativas y adecuadas al espacio urbano, como el guamúchil, el huizache, el mezquite o el palo dulce, que son nobles con el suelo y benéficos para los ecosistemas locales.

Nuestros antepasados mesoamericanos veneraban los árboles. Para muchas culturas, como la mexica o la maya, los árboles eran símbolos sagrados de conexión entre el cielo y la tierra, ejes del mundo y fuente de alimento, medicina y equilibrio. Vivían en armonía con los bosques, reconociendo su valor espiritual y material.

Hoy, en cambio, México pierde más de 250 mil hectáreas de cobertura forestal cada año, principalmente por la tala ilegal, la expansión agrícola y la urbanización sin control. Esto no solo empobrece nuestros suelos y seca nuestras fuentes de agua: también nos arrebata calidad de vida y futuro.

Por eso, no es suficiente no talar: necesitamos sembrar. Participemos en campañas de reforestación, ya sea de forma independiente o aliándonos con asociaciones civiles comprometidas con la restauración ecológica. Y, sobre todo, eduquemos a nuestros hijos y vecinos: los árboles no son basureros, son fuentes de vida.

Este día no es solo una fecha simbólica. Es una llamada urgente a cuidar nuestros recursos naturales, a cuidar nuestros pulmones verdes y a devolverle a la naturaleza un poco de lo mucho que nos da.

El #28DeJunio es una fecha para sembrar vida, no solo árboles. Para recordar que cada árbol plantado es una promesa de aire limpio, agua pura, sombra, alimento y refugio para las futuras generaciones. 

“Un país que destruye su suelo, se destruye a sí mismo. Los bosques son los pulmones de nuestra tierra.”

— Franklin D. Roosevelt

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