Por Aleida Paredes
A cada paramédico, voluntario, técnico en urgencias y brigadista que sale todos los días a salvar vidas, aún con recursos limitados, sin el equipo suficiente y enfrentando un sistema de salud que muchas veces no les da lo que merecen: ¡gracias!
Su labor es heroica no por llevar capa, sino por llegar primero cuando más se les necesita. Son manos que levantan, corazones que no se rinden y voces que tranquilizan en medio del caos.
Aunque las condiciones no siempre son dignas, ustedes no abandonan su vocación. Aunque falte infraestructura, ustedes nunca faltan cuando alguien grita por ayuda.
Hoy no solo celebramos su día, reconocemos su valor, su entrega y su humanidad. Porque ustedes sí saben lo que significa servir al prójimo… incluso sin aplausos.
¡Gracias socorristas de México! Su ejemplo nos inspira.