Por Israel Galán Baños
El reconocimiento del pueblo afro mexicano como sujeto de derecho público no se hará realidad solo con la aprobación de una ley, sino que deposita en ellos la enorme responsabilidad de asumir el cumplimiento de la norma jurídica creando y desarrollando un poderoso movimiento y una organización para que el Estado erija las instituciones adecuadas y necesarias para cumplir con las demandas del propio pueblo afro mexicano.
La organización del pueblo afromexicano es fundamental para que las normas jurídicas que regulan los derechos de los afro mexicanos no se queden escritos solo en un papel ni que las instituciones de gobierno sean en beneficio de intereses ajenos a los sujetos de derecho propio o, aún peor, en contra de la vigencia y realidad de dichos derechos para que doten a los sujetos del pueblo afro mexicano de bienes necesarios para tener un nivel de vida digno y las condiciones necesarias para tener un nivel de bienestar como lo merecen.
El Estado mexicano está obligado a dedicar cuantiosas inversiones para promover y apoyar planes de desarrollo económico, social, educativo y cultural, de tal manera que se abata la pobreza en que hoy viven las comunidades del pueblo afro mexicano, que como paradoja habita territorios de gran riqueza y bellezas naturales que muchas veces explota esos recursos y a sus habitantes de manera depredadora, en beneficio de minorías rapaces ubicadas en las regiones que habita el pueblo afro mexicano, haciendo gala de violencia homicida y destruyendo el tejido promoviendo actividades ilegales.
Se requiere de una fuerte tarea de educación, conciencia y de crear una potente organización popular que están contenidas en las leyes, pero impedir que están se conviertan en letra muerta.
Ese es el gran reto del pueblo afro mexicano.
ISRAEL GALÁN BAÑOS
Sociólogo de Pinotepa Nacional
israelgalan@yahoo.com.mx
Julio 12 de 2021.