UN PRESIDENTE INFELIZ
“El corazón alegre se refleja en el rostro, el corazón dolido deprime el espíritu.” Proverbios 15:13 NVI
Pareciera que el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien pregona la felicidad como la búsqueda final del mexicano, no lo es, todos los días, da muestra de que su corazón está llenándose de amargura.
Debería ser feliz, imagínense, es el presidente de México, el mayor cargo que todo mexicano desea, y aún más feliz debería ser, puesto que nunca se dio por vencido y, la tercera vez fue la vencida.
Debería ser feliz, pues vive en un palacio, si, el Palacio Nacional es un edificio enorme para él solo, su familia, con todos los servicios y lujos, que cualquiera desea tener.
Tiene todo a su disposición, con tan solo mover un dedo las cosas pueden hacerse, tiene un poderío gigantesco, es el hombre más poderoso de México, y creo que debería ser feliz.
O qué más necesita el presidente de México para ser feliz, que necesita para contagiar esa felicidad a los 120 millones de mexicanos; tiene la simpatía de varios millones de mexicanos, tiene fans, tiene defensores, tiene mucha gente que lo aprecia, pero a pesar de ello, no se nota la felicidad en él.
En estos últimos días, que el periodista Carlos Loret de Mola, dio a conocer un reportaje de su hijo mayor, relacionado con los lujos con los que vive en EEUU, ha manifestado, el presidente de México, su ira, su enojo y su sed de venganza.
Van ya, dos semanas seguidas, que tanto en sus palabras, sus facciones y poses, refleja ira, enojo, venganza, insultos, difamación, ironías, sarcasmos, pendenciero y burla de manera incontrolable.
Considero que, siendo quien es, debería ser el primer mexicano más feliz, pero algo está fallando en él, carece de algo; y por salud debe cuidar su corazón, y ser feliz abona para sanar las heridas del corazón.
¡¡Dios nos ayude!!