“Cuando ustedes digan “sí”, que sea realmente sí; y, cuando digan “no”, que sea no. Cualquier cosa de más, proviene del maligno.” Mateo 5:37 NVI.
Al parecer, al presidente Andrés Manuel López Obrador no le interesa la costa chica de Oaxaca, aunque dice ser admirador de las culturas que se encuentran aquí.
Ya casi cuatro años de su gobierno, y ninguna acción de la Cuarta Transformación se visualiza en esta región, donde habitan mixtecos, afromexicanos y de otras etnias, estamos en el olvido.
Por ejemplo, la infraestructura carretera federal está en el olvido, en total abandono, en un deterioro constante como hace veinte años, que cuando se transitaba, había sendos baches y muy peligrosa. Solo de vez en cuando se mira a personal de la Secretaría de Comunicaciones y Transporte, remendando ciertos tramos.
En salud estamos peor que antes, las casas de salud, centros de salud, así como el Hospital General Pedro Espinoza Rueda, están en el olvido igual, no cuentan con insumos ni medicamentos, esenciales para dar una atención de calidad a los usuarios. Y aunado a esto, se tienen que pagar cuotas de recuperación porque el INSABI brilla por su ausencia.
De igual forma, se vive una inseguridad palpable en toda la región de la costa chica; la gente vive con zozobra, con temor y miedo, aún se siguen dando los delitos recurrentes que las fuerzas federales como la Guardia Nacional no combaten, así que mejor seguimos con los abrazos y no balazos.
El internet gratis, que fue una promesa de campaña del presidente AMLO, aún está muy alejado de llegar a esta región, al parecer, el proyecto al principio no tuvo éxito y, ahora, el gobierno de la 4T rescató de la quiebra a una empresa privada, con la intención de llevar, ahora sí, el internet a todas las comunidades apartadas del país, entre ellos la costa chica.
Y la gasolina, pues, no sabemos cuándo llegará a costar diez pesos como lo prometió el presidente AMLO, al contrario, siguen subsidiándolo para detener el aumento que ante la crisis mundial que se vive, rebasaría los treinta pesos.
Y qué decir de la economía, todo ha subido y sigue subiendo, empezamos a vivir una carestía como en los años 80 y 90; gracias a las remesas de los que viven en EE. UU., la economía local sigue viva si no… mejor ya no le seguimos.
¡¡Dios nos ayude!!