La historia, los prejuicios y la arrogancia

Opinión

Esta colaboración se refiere a un tema internacional que ya traté en una colaboración anterior, relativo a la solicitud hecha por el ex presidente Andrés Manuel López Obrador, para que la corona española (así, con minúsculas) pida perdón al Pueblo Mexicano, por las atrocidades cometidas por los españoles durante la conquista de México.

Recientemente el político español Santiago Abascal, líder del partido político VOX de filiación ultraconservadora y ultranacionalista, dijo ante los medios informativos de su país: “La nueva Presidenta de México se ha comportado como una absoluta analfabeta y como una absoluta ignorante. Los españoles jamás vamos a pedir perdón, y mucho menos por hacer las cosas bien frente a tribus como Incas, Aztecas o Mayas, que venían de una cultura horripilante”.

Yo cito el dicho mexicano: “Un burro hablando de orejas”, pues Abascal debiera saber, pero no lo sabe por ignorante, que si la Señora Presidenta fuera analfabeta, por consecuencia natural y lógica sería ignorante. Lo que le arde es precisamente lo contrario: que no sea ignorante. En cuanto al fondo de su “razón” para no pedir perdón (no los españoles sino su reyezuelo), Santiago Abascal “El Ignorante” considera que hacer las cosas bien consiste no sólo en haber consumado actos execrables, como la masacre del Templo Mayor en Tenochtitlan, también llamada la Matanza de Tóxcatl (quinta veintena del calendario mexica) donde se calcula que fueron sacrificados por los españoles al mando de Pedro de Alvarado, alrededor de 240,000 indígenas, la mayor parte nobles reunidos para honrar a Tláloc, Dios de la Lluvia; sino que hacer bien las cosas, para los mugrosos e insalubres españoles del siglo XVI y para el fanático ultraconservador Abascal, también se integra con el “regalo” de enfermedades no conocidas ni padecidas en el llamado Nuevo Mundo, tales como el sarampión, la gripe, la peste bubónica, la difteria, el tifo, la escarlatina, la varicela y la fiebre amarilla, pero principalmente la Viruela Negra, que arrasó con millones de vidas ajenas a la codicia española.

Sí porque, por ejemplo, Fray Bartolomé de Las Casas, en su “Brevísima relación de la destrucción de Las Indias”, estima que entre 1492 y 1560 murieron al menos cuarenta millones de nativos en las Indias Occidentales y para el caso de México se calcula que murieron entre 2 y 3.5 millones de nativos debido a la viruela, principal aliado de los españoles en la conquista.

¿Conocerá Abascal la obra que menciono, o la considerada apologética “Historia de Las Indias” que no vio publicada su ilustre y singular autor? O sólo será lo que exhibe públicamente: ¿un ignorante y OGT conservador?

Seguramente algunos españoles prepotentes, racistas, conservadores y perversos, consideran a la “Santa” Inquisición y Las Cruzadas, entre otras atrocidades cometidas en nombre de su dios, como “daños colaterales” en sus ansias de poder económico y de la instauración forzosa de una “Verdadera fe universal”. Comparativamente y desde la perspectiva religiosa ¿cuál cultura resulta más horripilante: la de los nativos del Imperio Mexica que hacían sacrificios humanos a sus dioses o la de los españoles que consumen el cuerpo y la sangre de su redentor en cada misa católica? Además, señor Abascal: la cultura va mucho más allá de las características religiosas de un país; si no lo considera así, entonces usted y otros como usted se forran la cara con cuero de burro para denostar la cultura de los pueblos originarios de Mesoamérica, pues como botón de muestra, el propio Hernán Cortés quedó con la boca abierta al ver desde la cordillera volcánica la magnífica Gran Tenochtitlan, amén de sorprenderse con el trazo de la ciudad, los adelantos en ingeniería hidráulica, en métodos de cultivo, en el orden y limpieza de las personas, las casas y los templos de esa que usted llama “cultura horripilante”.

De los mayas ni hablamos, pues junto a ellos, los españoles de su tiempo no eran más que palurdos ignorantes. Como usted.

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