Mentiras, amarillismo y montajes en las comunicaciones

Opinión

Por: Francisco Carlos Zárate Ruiz

En México la comunicación pública se opera, una parte, con los medios de comunicación que son subsidiados por el gobierno; otra parte es la resultante de las concesiones otorgadas a particulares, principalmente en radio y televisión; una tercera parte corresponde a los llamados “medios independientes”, la cuarta parte la constituyen los medios informativos financiados por particulares, y la última es operada por la llamada “sociedad civil” por medio de las redes sociales.

El actual gobierno mexicano cuenta, hasta donde yo sé, con Canal Catorce, un medio digital con cobertura nacional, que ofrece análisis, principalmente de sucesos políticos, entrevistando a diferentes personajes con prestigio en diversas especialidades; Capital 21 es una multiplataforma que divulga información y noticias; las televisoras Canal 11 y Canal 22 se ocupan de temas culturales e incluyen programación informativa; también cuenta el gobierno con canales de televisión en algunos estados de la república y universidades, que publican novedades culturales o científicas, además de información estatal o regional.

Pero el principal órgano informativo gubernamental, emitido desde Palacio Nacional, es el inaugurado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, con el nombre popular de “Las [Noticias] Mañaneras”, que la actual Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo rebautizó como “Las [Noticias] Mañaneras del Pueblo”, en las que la Presidenta y su gabinete dicen sus verdades y exhiben las que consideran mentiras de sus opositores.

Los medios subsidiados o sostenidos por el gobierno, generalmente apoyan los posicionamientos retóricos y las decisiones emanadas del gobierno y del partido político que lo llevó al poder, aunque algunos presentadores que hacen valer su libertad de pensamiento y de expresión, en señaladas ocasiones entrevistan a invitados, reconocidos principalmente por su conocimiento político, que adoptan una postura imparcial y hasta crítica.

Los medios informativos concesionados por el gobierno, cuyos concesionarios son multimillonarios, lo que equivale a llamarlos corruptos (recuérdese la premonición de don Vicente Rivapalacio en su obra decimonónica México a través de los Siglos: “…los esclavistas de hoy son los banqueros del mañana”, o la frase popular con un sólido fundamento práctico: “Nadie se hace rico sólo con su trabajo”. Esos honorables señores, por razón financiera obligada, pertenecen a la ultraderecha política y son enemigos de los gobiernos a los que apenas se les perciba un tenue tufillo a izquierda política, pues eso basta para considerarlos comunistas, sin dar razones para ello.

Los “medios independientes” que normalmente son veraces e imparciales, me atrevo a decir que son los apestados del gremio, pues no son apreciados por los ricos (empresarios o políticos) ni por los gobiernos, sean de derecha o de izquierda. La razón es simple: “La verdad no peca, pero incomoda”

Los medios informativos financiados por particulares, difunden las noticias de acuerdo al criterio social, económico o político que establece “el que paga”, y esas noticias son manipuladas groseramente y su credibilidad estirada en función de razones como “yo protejo mis fuentes”, con lo que la verdad, desvalida, queda tirada en el camino de la distorsión, la tergiversación o el análisis más simple y pedestre. En esos medios es donde frecuentemente se descubren los llamados “montajes”, que no son más que preparaciones escénicas yo narrativas, difundidas como verdades absolutas.

La parte más complicada de la difusión de noticias es la operada por las redes sociales.

Las razones son de diversa índole:

• Prácticamente a cualquier persona o grupo de personas con la audacia suficiente para creer que manejan el idioma, que son capaces de operar cuando menos lo elemental de las técnicas digitales, o de hacer análisis simplistas, se le autoriza un canal de redes sociales.

• La mayoría de los operadores de canales en las redes sociales, no saben leer correctamente; ignoran el significado de muchas palabras que usan para darse lustre; tergiversan lo expresado en los mensajes que están leyendo simultáneamente ellos y su audiencia.

• Muchos de esos operadores de canales manejan un vocabulario muy limitado y de barriada, que incluye palabras altisonantes y descripciones sexuales sin ningún velo conceptual.

• Los títulos de sus vídeos obedecen al más puro estilo amarillista, pues describen hechos tremendos usando expresiones y palabras como: “Fulano fue humillado por mengano”, “Con dos chin&adazos lo mandó a chasm” “La presidenta dejó temblando al presidente gringo”, “Cuidado adultos mayores, su pensión está en riesgo”, etc., etc.

Lo que se lee y oye al abrir el vídeo no corresponde para nada a lo que el anuncio expresa. Eso, para mi escaso conocimiento constituye un fraude, ya que lo hacen para que abran el vídeo y los operadores de los canales se beneficien económicamente.

• Todas las variantes de medios de información, gubernamentales o privados, mienten, todos mienten en algunas ocasiones y de alguna manera.

• La mentira y la procacidad de más baja estofa invaden el éter de manera inconcebible, pues ni la Presidenta de la República se salva de que le mienten la madre bichos como Carlos Alasraki, Brozo o Carlos Marín, por mencionar sólo a tres de esa deleznable caterva dizque periodística e intelectual.

Si el gobierno no hace nada al respecto, nadie sabe a dónde podremos llegar, pues todos: políticos, periodistas, diputados, senadores, empresarios, el pueblo en su conjunto, estamos iguales en cultura y modales.

Pinotepa de los pueblos originarios y afromexicanos. 25/06/2025

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