La desglobalización económica mundial

Opinión

Por: Francisco Carlos Zárate Ruiz

La opinión popular en México acerca de Donald Trump como persona y como presidente de los Estados Unidos de América, oscila entre loco y estúpido debido a las medidas políticas y económicas que ha establecido, de manera unilateral, con terribles consecuencias para los inmigrantes, para la economía mundial y para los ciudadanos estadunidenses. Un elemento significativo de la actuación de Trump es la volubilidad, la proclividad al cambio de lo proclamado o establecido formalmente por él mismo, lo que da la impresión de desórdenes mentales relacionados con la bipolaridad o la esquizofrenia.

Sin embargo, analistas muy serios, gringos y de otros países, opinan que de loco o estúpido Trump no tiene un ápice. Yo creo que lo que nos hace pensar que le falta un tornillo o que nació “bembo”, como decíamos en mi infancia, es la falta de conocimiento del plan básico de ese megalómano agente inmobiliario metido a político, que sólo nos muestra partes del rompecabezas que quizá tiene preparado.

Los políticos y los analistas de todas las calañas, aventuran conjeturas como: quiere acabar con el dólar para establecer otra moneda y deshacerse de la impagable deuda que oprime al país de las barras y las estrellas; como se advierte por las medidas proteccionistas hacia su país, quiere destruir la globalización, pues como él dice: “todos los países se han aprovechado” de los gringos tan desinteresados y buenos; lo que pretende es empobrecer a las clases medias de Estados Unidos y convertirlas en trabajadores manuales que suplan a los inmigrantes; …etcétera, etcétera. La verdad yo creo que ni Trump la conoce, pues él asegura que quiere que su país vuelva a ser “el mero mero bongosero” del planeta, aunque las medidas proteccionistas que pretende implantar, conocidas por todos como aranceles, no resuelven su problema y, por lo contrario, vulneran más a Estados Unidos que a los países receptores de esas sanciones impositivas, además de que todas las conjeturas tienen graves fisuras provocadas por el mismo Trump.

Ayer 9 de abril de 2025, como ejemplo de su volubilidad, dio marcha atrás a los llamados por su administración “aranceles recíprocos” para todos los países, y los puso “en pausa” por noventa días. Aquí vale hacer preguntas analíticas: Trump y su banda ¿tenían previstas o no vislumbraron las consecuencias de esos aranceles recíprocos para la economía de Estados Unidos? ¿Hasta ayer se dieron cuenta del “efecto bumerang” de esas medidas arancelarias? O… ¿por cuál otra razón los puso en pausa tres meses?

El actuar impredecible y contradictorio de Trump me parece errático, más por su ignorancia política y su limitada práctica económica que por otras cosas, pues comprar casas abaratadas con mañas y venderlas caras, debe tener su dificultad, pero no es lo mismo que conducir los destinos de una nación tan compleja como los Estados Unidos. En México padecimos un presidente similar: un gerente de refresquera gringa habilitado como político, y ya vimos las consecuencias.

Más todavía, si todas las conjeturas que se hacen, integradas en una, formaran el plan global de Trump y lo pusiera en práctica, el mundo estaría ante un escenario dantesco, pues se derrumbaría el edificio económico capitalista y las consecuencias afectarían de manera indescriptible a todos los países, sobre todo a los más pobres y a los que están en vías de desarrollo.

Pero Donaldo no está actuando impunemente: las bolsas de valores de Estados Unidos, que arrastran a las de todo el mundo, han sufrido caídas estrepitosas pocas veces vistas; las autoridades judiciales tienen en pausa los juicios y las condenas por diversos delitos de los que está acusado; los gobernantes de los estados más importantes de la Unión Americana se le están rebelando, buscando soluciones estatales fuera de la influencia presidencial; los empresarios le reclaman su proceder, de manera airada, pero lo más grave para ese presidente sui generis, es que su población nacional ya se levantó en protestas contra el estatus económico pidiendo, de manera enfática, la salida de Donald Trump de la Presidencia. Hasta sus correligionarios republicanos le están dando la espalda, y ya se habla de otra guerra interna que tendría efectos de secesión.

México, más o menos ha capoteado el vendaval de arbitrariedades que Donald Trump ha lanzado con sus famosas (y ególatras) órdenes ejecutivas, pero no está a salvo, al igual que no lo están los ciudadanos norteamericanos que, junto con los ciudadanos del mundo, son los receptores del desastre que acarrean sus desequilibradas acciones políticas.

Claudia Sheinbaum, para beneplácito de nosotros “los zurdos malditos” como nos llaman los ultraconservadores autodenominados “libertarios”, ha actuado con serenidad y cordura ante las amenazas de Trump y ha privilegiado el diálogo con su esquipo económico, lo que le ha redituado algunos beneficios. Adicionalmente, ha buscado estrechar los lazos mexicanos con los países integrantes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), por lo que asistió al traspaso de la presidencia de ese organismo, de la presidenta Xiomara Castro de Honduras al presidente Gustavo Petro, de Colombia, y se habla de una probable integración de México a los BRICS: Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica y otros, grupo que tiene como objetivo principal el cambio del dólar por otra moneda internacional de negocios.

Ojalá que México y los demás países de habla hispana, aprovecharan esta coyuntura de cambios económicos mundiales, para eliminar, en su interior, las reglas no escritas del capitalismo que ahondan la brecha entre poderosos y desposeídos. Botón de muestra concluyente: “El comercio se regula con el comercio”, que además de ser una falacia, va acompañada de la no injerencia del Estado en los asuntos comerciales. Los “libertarios” llegan a la aberración de proponer la eliminación del

Pinotepa de los pueblos originarios y afromexicanos. 10/04/2025.

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